viernes, 6 de febrero de 2009

NIEVA...

A estas alturas del invierno, ya no coge a nadie de sorpresa. Bueno, a nadie salvo a nuestros "competentes" regidores. Y esta vez no sera, que el "Maldonado" de turno no les ha advertido. Curándose en salud y después de ser señalados como los culpables del desaguisado que se formo, con las primeras nieves de enero. Esta vez, parecían mas el pastorcillo del cuento, que fiables metereologos, pues al quinto día de gritar..........¡¡Que viene la nieve!!.........esta por fin llego.
Y, entonces..........¿Que hicieron nuestras autoridades?. Pues mas de lo mismo, bueno, no voy a ser tan malo, esta vez se acordaron de colocar las quita nieves de forma gradual en las carreteras y así el colapso ha sido menor. Porque claro, quien se iba imaginar que si nevaba, y se formaba un monumental atasco, las quita nieves no podrían pasar, estando la mayoría de ellas en el centro de la capital y no en la zona mas subceptible de sufrir nevadas. Como si nunca hubiera nevado.
Lo de las autoridades y las competencias, es un despropósito total. Mas aun cuando chocan diferentes ideologías políticas, en este caso Gobierno Central (de "izquierdas") , con competencias en carreteras nacionales, y el Gobierno Autonómico (de derechas), que gestiona el resto de las carreteras de la región. Al final, la pelea se salda con un solo damnificado, como siempre, el pobre ciudadano que sufre los interminables atascos y se ve impotente ante tan nefasta gestión de sus exagerados impuestos.
Aunque si fuéramos realmente sinceros y estando normalmente informados de las previsiones meteorológicas, ¿ponemos todo de nuestra parte para minimizar el riesgo de nevadas?. NO, la mayoría de nosotros hacemos caso omiso a los avisos y nos ponemos en carretera sin la mínima garantía de seguridad. ¿Quien se acuerda de echar las cadenas, o de revisar las ruedas, el anticongelante o simplemente llenar el deposito? Un porcentaje ínfimo, y luego así pasa, coches en las cunetas y alcances por no tener un mínimo de cocimiento de conducción extrema.
Pero si obviamos los trastornos que producen estas nevadas, no ya por lo exageradas sino mas bien por la falta de costumbre y preparación, la estampa que dejan es claramente bucólica. La nieve parece tener un raro efecto sobre las personas, aunque los veas patinando por las aceras, con riesgo de lesión, o sufriendo dentro de sus coches, a todos les parece maravilloso, todos se retrotraen a su infancia, "cuando... eso si era nevar". Los reproches son siempre para los mismos, nunca para la nieve.
Claro está, que este efecto, quizá solo se produzca en zonas donde la nieve sea algo anecdótico, creo que si le preguntara a alguien que sufre invierno tras invierno, el quedarse aislado, posiblemente lo asumiera como algo lógico de la estación, pero no creo que le encontrara el sentido lúdico y artístico, como el madrileño que espera una nevada para subir a la sierra, a jugar, hacerse unas fotos, y disfrutar de algunos de los manjares de la tierra, al calor de la chimenea de algún restaurante.
La verdad y desde mi cuarto, junto al radiador.........que bonita es la nieve.

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"Un Siseñor con la patas verdes"
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